La innovación educativa constituye un proceso que implica cambios. Estos a su vez requieren de condiciones, situaciones especiales y fundamentalmente necesidades que aseguren el compromiso de proyectar y concretar lo propuesto. A su vez en cada institución se viven y construyen las características que hacen a la identidad e idiosincracia propias de su ambiente. Estos aspectos son fundamentales en el momento de proponer Innovación en la Educación. Nos alienta, motiva y estimula participar de este congreso y deseamos desde nuestro lugar, que transitemos una camino de construcción permanente como lo propone nuestra amada profesión y el carisma marianista.

De una educación para la adaptación y el cambio a una educación para enfrentar el futuro, es parte de la reformulación del Proyecto Educativo Marianista. Sintetiza pasado, presente y futuro de la educación de una tradición pedagógica que renueva y explicita, entre otros, los conceptos de innovación, inclusión y calidad. Los congresos anteriores nos plantearon desafíos de equidad y servicio, y compartimos muchas de estas experiencias instaladas en nuestros colegios. Hoy el énfasis está puesto en la innovación y la mirada en el futuro y en cómo avanzar hacia este colegio 2030 que se adapta a los cambios, que enfrenta el futuro, sin perder su esencia: trabajar por una sociedad más justa y solidaria. El desafío de la innovación requiere de quienes somos parte de este proyecto educativo de apertura al cambio en sus diversas dimensiones, y particularmente en los procesos de enseñanza y gestión de los colegios, fortaleciendo el liderazgo pedagógico y directivo y transformado la institución en comunidades de aprendizaje. Avanzar hacia una auténtica innovación es reconocer y valorar las distintas capacidades de niños y niñas en un proceso de aprendizaje permanente.

Innovar... al estilo de María Surgen ideas realmente apasionantes a partir del documento y desde la experiencia vivida en las obras educativas Marianistas puedo señalar algunas de las cosas que se hacen bien y que hay que potenciar cada día más... Obras educativas que sean un espacio de encuentro, primero con los otros, para luego construir comunidad, que juntas resultan ser compañeras de camino. La gran comunidad que formamos es los que nos define ... no somos islas, somos una familia, unida por y para Cristo... Al igual que María, en comunidad logró descubrir la buena noticia y los pasos que dar Por último, como decía un antiguo profesor de universidad "en la sala debe ocurrir TODO" Nuestras salas tienen que ser el espacio de encuentro con el mundo, nuestras salas tiene que ser el mundo... un abrazo grande, nos vemos pronto

Una de las características de nuestra Sociedad actual, es la rapidez con la que se producen los cambios. Esto nos ha exigido y nos exige una profunda transformación de nuestro Sistema Educativo, el cual necesita una transformación de uno de los actores de este sistema: los docentes. Tenemos claro que nosotros como profesores debemos desarrollar conciencia de la necesidad de modificar y en algunos casos de cambiar nuestras prácticas , resulta necesario que nuestro actuar docente produzca en los estudiante un impacto, que no solo se refleja en la obtención de aprendizajes, sino en el desarrollo de habilidades y competencias, que hoy día el currículo las deja un poco de lado, esas habilidades transversales, aquellos valores y actitudes que el estudiante debe desarrollar y que le permitirán desempeñarse en cualquier contexto. Frente a este escenario, sabemos entonces, que no es suficiente tener competencias profesionales, también es necesario que el docente tenga algunas habilidades y valores que son la base de toda acción pedagógica, como por ejemplo el compromiso y la pasión por lo que hace. Creo que este es el mejor modelo para nuestros estudiantes, observar docentes que se saben de didáctica y de su disciplina, pero además profesores que reflejan un profundo amor por lo que hacen. Creo que la innovación, parte por querer innovar, es decir por el compromiso que tengamos hacia nuestra profesión y especialmente hacia nuestros estudiantes.

El texto propone muchos desafíos que interpelan nuestra labor diaria y la proyección que le damos. La innovación parece ser la palabra del momento, pero es muy importante, como lo señala también,hacerse las preguntas del por qué y para qué, en este sentido me parece fundamental guiarse por el hilo conductor: "educar es una pasión buena por Cristo y por la humanidad". La pasión que podemos llamar también" vocación"," llamado" a contribuir con otros a la formación de un ser humano para los tiempos que vienen, un testigo de Jesucristo y su Reino, un ciudadano solidario y constructor de un mundo mejor, con nuevas relaciones, con amor por el arte y la belleza, es un privilegio. El texto me invita personalmente a descubrir en el trabajo de los profesores, del centro de alumnos y de padres el germen de lo nuevo, de la creación y de la inclusión ya presente en nuestra humilde realidad de cada día y a trabajar juntos para mejorar y responder a las necesidades de nuestros niños y jóvenes.