Fue un encuentro, como todos los encuentros de los seres humanos. Saludos, abrazos y preguntas… ¿cómo estás?, ¿te recuperaste?, ¿cómo está la familia?... risas nerviosas, y respuestas respetuosas, con la voz un poco más baja, para no importunar a los demás. Respuestas que enlazan la comunicación, tan necesaria a esta edad y en estos tiempos, muy sinceras y para nada evasivas.
Es el encuentro del Grupo de Adultos Mayores “Amigos Hoy y Siempre”, integrado por colegas y amigos del Instituto Linares, quienes deciden caminar juntos -en esta hermosa etapa de la vida-; a la cual debieron incorporarse, por las razones que el paso de los años invita.
Allí estaban, puntualmente (característica del grupo), para esa hermosa reunión y celebración; que ameritaba, más que en otras ocasiones, la puntualidad. Llegar a la hora y retirarse, a tiempo. Sin más ni menos; muy por el contrario, retirarse con mucho de canto, con más amistad, con un tanto más de refuerzo positivo, de afecto, de cariño y de afectos sinceros.
El encuentro fue muy significativo y generoso en afectos y en canciones, en recuerdos y en sonrisas, en planes para el futuro y en paseos programados a las Termas de Catillo (aunque Ricarte Soto señale que a los de la tercera edad los mandan a la nieve y de allá llegan todos resfriados).