Confirmaciones 2013: ¡Sí, creo!
19 de Noviembre de 2013
La celebración de este sacramento comienza con la renovación de las promesas bautismales y la profesión de fe de los confirmados. La Confirmación constituye una prolongación del Bautismo.

En la Confirmación el rito es igual a lo que hacían los apóstoles. Consiste en la unción con el santo crisma, unido a la imposición de manos del ministro y las palabras que se pronuncian.

El ministro extiende las manos sobre los confirmados como signo del Espíritu Santo e invoca a la efusión del Espíritu. Sigue con la unción del santo crisma en la frente, hecha imponiendo la mano y pronunciando las palabras que la conforman.

El efecto de la Confirmación es la especial efusión del Espíritu Santo, tal como sucedió en Pentecostés. Esta efusión imprime en el alma un carácter indeleble y otorga un crecimiento de la gracia bautismal; arraiga más profundamente la filiación divina; une más fuertemente con Cristo y con su Iglesia; fortalece en el alma los dones del Espíritu Santo; concede una fuerza especial para dar testimonio de la fe cristiana.

Eso fue lo que ocurrió el sábado 16, a partir de las 16:00 hrs., en la Iglesia Catedral; en ceremonia presidida por Mons. Tomislav Koljatic; concelebrada por el P. Ángel Pardo y el Diácono Sergio Carrasco

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