“Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva”
25 de Noviembre de 2015
Con motivo de la celebración del cincuenta aniversario de la declaración del Concilio Vaticano II Gravissimum educationis y el veinticinco aniversario de la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiae, la Congregación para la Educación Católica quiso revivir – a través de este congreso mundial en Roma– el compromiso de la Iglesia en el campo educativo.

El Congreso tuvo como objetivos ofrecer a las escuelas y universidades católicas un espacio para el diálogo y el debate sobre los desafíos ineludibles que plantea la emergencia educativa contemporánea a nuestra sociedad, a los sistemas de educación y a la Iglesia; desarrollar una reflexión crítica a la luz de los principios éticos y religiosos sobre estos desafíos y sus repercusiones en todos los ámbitos de la educación, dando lugar a todos los actores involucrados en esta área tan sensible; y profundizar - a la luz del Magisterio - las concepciones del hombre y la sociedad que a través de la educación pueden ser propuestas y desarrolladas.

La sesión inaugural, en la tarde del miércoles 18 de noviembre, partió con un saludo del cardenal prefecto de la Congregación para la Educación Católica y la intervención del cardenal prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. A continuación, se presentaron testimonios de personalidades que han invertido sus energías para el éxito de la educación, ofreciendo una visión general sobre los nuevos escenarios y desafíos, teniendo como punto de partida las respuestas al cuestionario del Instrumentumlaboris “Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva”.

En la sesión central, el 18 y 19 de noviembre, las intervenciones se centraron en torno a tres temas principales: la identidad y la misión de las instituciones católicaslos sujetos de la educación y la formación de formadores.

En el Centro Mariapoli de Castelgandolfo se reunieron, en la tarde del viernes 20 de noviembre, los representantes de los sectores escolares y universitarios para abordar los retos de hoy y de mañana y ofrecer perspectivas a la luz de los derechos fundamentales de la educación, la libertad de opciones educativas y los muchos carismas religiosos que contribuyen profundamente a la riqueza de la misión de la Iglesia.

El sábado, 21 de noviembre, todos los participantes, los reunidos en Castelgandolfo y los que participan en el Auditorium de la Conciliación, se reunieron en el Aula Paulo VI del Vaticano para compartir el momento final con el propósito de expresar las conclusiones que surgieron durante el Congreso, orientándose con esperanza y confianza hacia el futuro, y apoyados por las palabras del Papa Francisco. En su intervención el Santo Padre señaló que “la educación debe preparar el corazón para que Dios se manifieste en niños y jóvenes. La Educación tiene que posibilitar que las personas piensen, sientan y actúen. La verdadera escuela debe enseñar no sólo conceptos, sino también actitudes y valores.”

Una especial y enérgica motivación hizo para que la educación sea más inclusiva, “que vaya a la periferia, a los pobres, pero no solo para hacer beneficencia, sino que para acompañar en el desarrollo de estos niños y sus familias que necesitan salir de los muros sociales de la exclusión, de la selectividad que hoy tiene el sistema educativo en todo el mundo. Para eso es necesario formar a los directivos que lideran las instituciones”

Palabras especiales tuvo para los profesores, que deben atreverse a arriesgar en educación. “El educador es un maestro del riesgo, como los padres que acompañan a su hijos cuando aprenden a caminar… deben estar atentos, saber acompañar, pero arriesgarse a dar espacio para que el niño de sus propios pasos”.Valoró especialmente la vocación de muchos profesores que en el mundo son mal pagados por su trabajo.

Al día siguiente de finalizado el Congreso Mundial de Educación Católica, se realizó en la casa de la Administración General de la Compañía de María (Vía Latina 22) un encuentro de los educadores marianistas que asistieron al congreso. El objetivo fue compartir los principales desafíos que deja el congreso para la educación de nuestros propios centros. En representación de la Educación Marianista de Chile fueron invitados el presidente de la Fundación Chaminade, Padre José María Arnaiz y el director ejecutivo, Jorge Figueroa, a quienes se felicitó y agradeció por su participación como coautores de la serie de libros “Educación Marianista: Tradición y Proyecto”

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