LA FAMILIA MARIANISTA PEREGRINÓ A MAIPÚ
06 de Noviembre de 2014
El sábado 11 de octubre en la fiesta de Santa María del Pilar, como todos los años, la familia marianista peregrinó al encuentro del Señor en el Santuario de Maipú.

Lo hemos hecho en el contexto de la Misión Territorial, a la que nos ha convocado la Iglesia y que los colegios marianistas han orientado a un trabajo centrado en y con las familias, para fortalecer la oración, el encuentro familiar y todo lo que refuerce la vida y la transmisión de la fe en los hogares

Hemos peregrinado para dar gracias a Dios y para celebrar a los religiosos marianistas que han cumplido 60 años de entrega generosa al servicio de sus hermanos, siendo fieles a su vocación religiosa: Padre José María Arnaiz, Padre Cipriano Gutiérrez, Hermano José Lara y Hermano Crescencio Fernández.

Hemos querido celebrar también la vida y las obras de la familia marianista, especialmente al Colegio Santa María de la Cordillera que este año ha cumplido 25 años al servicio de la educación y evangelización en la comuna de Puente Alto.
Unidos a todos los marianistas del mundo en la jornada mundial de oración marianista, fieles al carisma que nos transmitieran Guillermo José y Adela, caminamos con confianza de hijos acompañados de su madre, con la esperanza de encontrarnos con nuestro Padre Dios que nos ama, para comulgar con Jesucristo Nuestro Señor en la eucaristía y compartir con nuestros hermanos en la convivencia fraterna, animados por el lema:
"En familia, los marianistas anunciamos a Jesús"

La familia marianista en pleno se encontró en esta fiesta de amor y alegría. Los jóvenes se reunieron en vigilia desde el viernes en la noche en el Centro Marianista y comenzaron sus peregrinar desde las ocho de la mañana hasta el lugar tradicional de encuentro, donde se unieron a las familias e integrantes de las otras obras para caminar juntos hasta el templo rezando el rosario.

Al caminar los doce kilómetros desde el Centro Marianista hasta el Santuario de Maipú, significamos los esfuerzos de la vida. En ese caminar hacemos momentos de descanso, de oración y compartimos las alegrías y esperanzas, todos juntos. Llegamos al Templo, la casa del Padre y de la Madre, cansados y felices, a celebrar la Eucaristía, unidos a toda la Iglesia que celebra a Jesucristo.

La celebración continuó después en los jardines del Templo. Es un espacio para compartir y confirmar nuestra fraternidad y hacer vida nuestro carisma que nos invita a vivir el espíritu de familia, con actitud de sencillez, humildad, apertura y acogida, al igual que María nuestra Madre. Gracias a todos y todas por participar y por testimoniar la fe que nos anima. Les esperamos el 2015.

Ana Luisa Bravo Pavez
Pastoral CSMC

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