1. Estar atentos a lo que está pasando
Quiero indicarles que en la Fundación no queremos precipitarnos ni en el opinar ni en el actuar. Sabemos que no son pocas las dudas que suscitan los documentos recibidos o las explicaciones dadas por las autoridades educativas. Pero tampoco queremos llegar demasiado tarde en las mediadas a tomar ni en las orientaciones a dar. Sabemos que una reforma educativa es algo muy importante y significativo para un país y lo es en este caso para la educación marianista de Chile. Por lo mismo, la reforma propuesta la hubiéramos querido mejor motivada y pensada. Creemos que es necesaria; son bastantes y significativos los cambios precisos y buenos que se pueden hacer. La educación chilena está mucho mejor que lo que algunos indican y no tan bien como otros comentan. Por tanto, en este momento estemos muy atentos a lo que se dice y anuncia. Escuchemos a los que hablan a favor y a los que opinan en contra para poder llegar a una adecuada opinión. Miremos la realidad nacional y no solo la nuestra. Cuando leamos sobre educación y, sobre todo, lo que del gobierno llega sobre este tema, prestemos atención a la letra grande y también a la letra chica.

2. Lo objetivo y fundamental en educación se resumen en el derecho de todos a recibir una educación de calidad
Hagamos todo para que la información que recibimos y damos sea correcta. Bien podemos decir que los datos que vienen de los medios de comunicación están bastante contaminados. En ese sentido, no es la intención de los religiosos marianistas y de la Fundación transformar nuestros centros educativos en pagados. Estamos ya haciendo todo lo posible para que en esa reforma educativa se ponga el énfasis en la calidad de la misma, en que sea inclusiva y en que los profesores estén más y mejor considerados. Vamos a dar la pelea para que podamos seguir haciendo realidad el proyecto educativo marianista y que de él disfruten los que lo quieren y lo buscan y los que se lo merecen.

3. Estamos claramente definidos por una educación subvencionada
Por lo mismo no entendemos por qué hay tanto prejuicio contra la educación particular subvencionada y por el copago. Nosotros somos parte importante de esa educación. Han sido muchos y buenos los frutos que ha dado. Son numerosas las buenas prácticas que en ella se tienen y avalada en nuestro caso por una tradición educativa marianista mantenida y consolidada en más de 35 países en el mundo. Cuando la defendemos no abocamos por intereses partidarios y menos económicos. Valoramos y agradecemos la fidelidad de los padres y apoderados a esta forma de educación y a la propuesta marianista. También, en este momento vamos a hacer todo lo posible para seguir ofreciendo a sus hijos una educación integral, llena de valores e inclusiva. Sabemos todo lo difícil que es en un país tan desigual la concreta propuesta de una educación igualitaria y que contribuya a superar las fuertes desigualdades económicas y socioculturales. Queremos aportar nuestro grano de arena a ello.

4. Estamos dispuestos a dar pasos importantes hacia una educación que esté al servicio de un país desarrollado, democrático, inclusivo y de gente feliz
Por fin, son tres los aspectos, de los señalados hasta el momento por el gobierno, que exigen nuestra atención y reflexión: el fin del lucro, del copago y de la selección. Confiamos que se den los cambios necesarios tanto en la cantidad y en el modo del aporte de la subvención como en la posibilidad de un cierta contribución por parte de los padres. Somos los primeros en desear una enseñanza gratuita total para el país pero por el momento creemos que debe serlo, sin ninguna duda, para todos los que no pueden pagar. También apostamos, y con fuerza, por una significativa mejora de la educación pública.

En una palabra, no nos alarmemos frente al momento que nos toca vivir en la educación; quiero transmitirles serenidad. Sobre el tema de la educación hay que hablar con responsabilidad y con humildad. No es fácil decir la última palabra. Pero sí podemos decir una palabra y a veces será posible hasta llegar a la opinión pública y al gobierno con propuestas atinadas y de hecho ya lo estamos haciendo. Confío en que acertemos a transformar en oportunidad este momento de la historia de la educación del país y a dar con la alternativa educativa que precisamos y así se cuide el alma de Chile.

P. José María Arnaiz
Presidente de la Fundación Chaminade