MARIANISTA MUERE ASESINADO EN HAITÍ
30 de Abril de 2013
La Región del Canadá encomienda a nuestras oraciones fraternales a nuestro querido hermano, RICHARD JOYAL, fallecido al servicio de la Santísima Virgen el 25 de abril del 2013 en Port-au-Prince, Haití, a los 62 años, y 42 años de profesión religiosa. Richard nació en Saint-Boniface, Manitoba, el 5 de febrero de 1951. Era hijo único de Étienne Joyal, ingeniero que trabajaba en una Compañía de ferrocarriles, y de Marie-Antoinette Gauthier.

Completó los ocho años de estudios primarios en la Escuela Provencher (Saint-Boniface) dirigida entonces por los Marianistas, y luego sus estudios secundarios en el Colegio Louis Riel igualmente dirigido por los Marianistas. Allí los conoció bien y «fue influenciado por su forma de vivir».

Sin pasar por el postulantado, entró en el noviciado de Marynook (Galesville - Wisconsin) el 10 de julio de 1969 y emitió sus primeros votos el 15 de agosto de 1970. Con el deseo de comprometerse para siempre en la Compañía de María, quiso hacer desde antes de la profesión perpetua un voto privado de estabilidad. En junio de 1972, escribía al respecto: «He decidido hacer un voto privado de estabilidad por un año como confirmación de mi deseo de dar mi vida a Dios y como testigo de su amor...» Este voto privado lo renovará hasta la emisión de su profesión definitiva que tuvo lugar el 12 de septiembre de 1975 en Saint-Boniface.
En esta ocasión, un diario local publicaba un corto artículo en que el obispo Mons. Maurice Baudoux hacía «una aproximación entre el ‘Fiat' de la Virgen María el día de la Anunciación y el ‘sí' pronunciado por el religioso en el día de su compromiso y prolongado cada día en la aceptación de la voluntad del Señor con todas sus exigencias».

En un diario local apareció también, en la jornada mundial de las vocaciones, un pequeño folleto titulado El credo de un religioso. Estaba firmado por Richard Joyal sm. Allí se leen diez «Yo creo...». El primero: «Creo en Dios que me ha creado, que me ha hecho hombre y quiere que viva plenamente mi humanidad.»; el último: «Creo en la celebración comunitaria de nuestra vida diaria que nos orienta hacia el Señor».

Del 30 de agosto de 1970 al 30 de junio de 1972, prosiguió sus estudios en el escolasticado de San Antonio, Texas. Vuelto a Manitoba, obtuvo un bachillerato en psicología por la universidad de Winnipeg en 1973, un certificado profesional de educación de la universidad de Manitoba en 1974 y una maestría en Ciencias religiosas en la universidad St. Michael de Toronto en 1978.

Estos diplomas los obtuvo mientras enseñaba. De 1974 a 1976, en Holy Cross, Winnipeg; en 1978 y 1979, en St. Charles Academy, Winnipeg y de 1979 a 1985 en St-Boniface Diocesan High School, Winnipeg.

Luego, en 1985, comenzó para Richard una vida totalmente nueva que hizo de él un gran viajero. Los diecisiete años siguientes los pasará en la India. Primero, de 1985 a 1992, actuó como Director de vocaciones en Delhi y en Bangalore, siendo además de 1986 a 1992 coordinador de la Unidad para la India. Durante ese mismo tiempo, trabajaba también como director ejecutivo para Reds (Ragpickers Educational & Development Scheme): trabajo en los barrios de chabolas y con los niños de la calle.

De 1992 a 1999, desempeñó el cargo de maestro de Novicios en Ranchi; de 1999 a 2002 fue nombrado Superior Regional de la India, Director de escolásticos y de nuevo, Director de Reds.

Durante esta larga estancia en la India es cuando tuvo un encuentro que le marcó, con la Madre Teresa y sus hijas. Hablaba de ellas con emoción y estaba impresionado por el trabajo humilde y lleno de amor de estas mujeres.

Durante el año 2003-2004, tomó un año sabático que pasó en Oakland, California, en la School of Applied theology. De 2004 a 2008, en Davao City, Filipinas, fue Director ejecutivo de Balay Pasilungan. Durante el año 2008-2009, estará en Vancouver, para acompañar a Mons. Raymond Roussin sm, cuya salud se deterioraba.

Por fin, llegó a Quebec y, durante cuatro años, en el Centro de educación de la fe de San Enrique, extendió su alegría de vivir, su entusiasmo comunicativo, su espíritu de ayuda mutua y su entrega constante.

En diciembre del 2012, como consecuencia de los trágicos sucesos del 29 de agosto, se dirigía a Haití para pasar allí unos meses con el fin de tomar las disposiciones para cerrar las dos casas que los Marianistas poseen en este país. Fue probablemente para pagar a los obreros que trabajaban en una de esas casas para lo que había ido a buscar una buena cantidad de dinero al banco. Debía volver al país a principio de mayo. El 25 de abril del 2013 fue alcanzado por tres balas en la espalda.

La Región del Canadá pierde un hombre de valor, un hombre animoso, un ser entusiasta siempre preparado a ofrecer su ayuda y que decía en su Credo: «Yo creo que hay que dar gracias por los que nos ayudan a ver la luz y a decir: ‘Sí, quiero caminar hacia el Señor'». Y vemos que has llegado, Richard.

¡Descansa en paz!

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29 de abril del 2013

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