“Lo que vivimos el fin de semana pasado me motiva sólo a dar gracias al Señor y a María Madre, porque se sintió la presencia del Espíritu Santo en la Jornada que tuvimos con la comunidad ‘Aquí estoy Señor’ de La Serena. Se notó en la participación de cada una de las integrantes, como en el mini equipo que fuimos representando a la Familia Marianista. Creo que se sembró la ‘semilla Marianista’, lo que significa que, sin dudas, seguirá creciendo en cada una de las integrantes y la contagiarán también en su entorno”.

Rebeca Ortega G.

Asesora de La Serena

“Fue una experiencia de mucha riqueza, ya que, por parte de los que fuimos y de esta comunidad, pudimos compartir nuestra espiritualidad y cómo desde lo simple y sencillo hacemos vida lo que nuestros fundadores nos han dejado.

Tuvimos los mismos sentimientos, todos de ‘gracias’ por lo importante que son para nosotros los cuatro pilares. Nuestra vida comunitaria, que se vive y se comparte con sencillez; nuestra misión que siempre estamos preocupados y con la ilusión y esperanza de evangelizar desde nuestras familias hacia afuera, y la presencia de María en nuestra vida, cómo profundizar un poco más y cómo descubrir esta dimensión de conocerla, amarla y servirla.

Ha sido una experiencia que la he sentido renovada para cada uno de nosotros, junto con el desafío constante que debemos compartir con otros y con otras nuestro carisma y así seguir formando más comunidades laicas marianistas y ayudar a los jóvenes también su cuestionamiento vocacional.

Darle gracias al Señor por este llamado que nos hace sentirnos parte de la Familia Marianista”.

Hna. Leticia Flores, FMI

“Con mucha sencillez y hermoso compartir, viví esas horas en La Serena. 
No dudo que Guillermo José y Adela, estarán muy contentos por este encuentro.
Su ‘sueño marianista’ se está haciendo realidad.
¡Adelanteeee señoras de las CLM de La Serena!
Sigan creciendo y regalando alegría marianista.
Un abrazo agradecido para todas”.

P. Ángel Pardo, SM

“En La Serena se vivió la acogida y disposición, la sencillez y la alegría, de María. A ella la sentí muy presente, alentándonos a compartir con honestidad lo que había en el corazón. Se vivió un espíritu de familia. Recalco que en el encuentro con el hermano es donde cobra sentido y fuerza el sueño de nuestros fundadores”.

Paula Zúñiga

Coordinadora Nacional CLM