La invitación no es a crear un ambiente navideño superficial de luces, arbolitos de pascua, regalos... Sino a preparar nuestro espíritu para poder gozar la verdadera alegría de la venida del Niño Dios entre nosotros. Ese es el sentido del tiempo de Adviento que la Iglesia nos invita a vivir en estos primeros días de diciembre. Que sepamos ir acogiendo el anuncio de los ángeles en Belén: “Paz a los hombres que ama el Señor” (Lc 2,14). Es decir, paz para todos porque a todos ama el Señor: grandes y chicos, sanos y enfermos, fuertes y débiles ...Y la paz del Señor se construye con justicia entre los hombres. Por eso el deseo profundo de todos para esta Navidad debería ser el de alcanzar la capacidad de buscar, encontrar y vivir entre todos las actitudes que promuevan una verdadera paz social y una equidad justa en el país y en el mundo entero.
En este momento de la historia de Chile, desde el 18 de octubre hasta el 12 de noviembre, los obispos de Chile han hablado claro y firmemente. Pero curiosamente su voz ha sido silenciada por los medios de comunicación social. Desde este Boletín les invito a que lean y divulguen su última declaración que tiene como título “¡Chile no puede esperar!”
P. Alvaro Lapetra, sm Párroco
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