Teniendo en cuenta este mandato de Jesús, el Papa Francisco nos invita a vivir el mes de octubre como Mes Misionero Extraordinaro  con el lema “Bautizados y enviados. La Iglesia de Cristo en Misión en el mundo”.

Además de asumir en nuestro propio entorno (familia, vecinos, compañeros de trabajo..) la misión de dar a conocer a Jesús, queremos con nuestra oración y apoyo afianzar el trabajo misionero que se hace en tantos lugares y países donde aún no ha llegado la alegría de la Palabra de Dios.

No podemos olvidar que nuestra familia será discípula y misionera de Jesucristo en la medida que pueda decirse de ella “miren cómo se aman”. Y ese amor se manifieste en el día a día, en la entrega y cariño mutuo, en la preocupación por los demás, en el escucharse, en el estar atentos a lo que hará más agradable y feliz la vida de los otros, en la acogida y hospitalidad especialmente de los más solos y necesitados.

Es esta familia “bautizada y enviada” la que ha de convertirse realmente en una familia misionera. Para lograrlo es necesario poner a Dios en el centro del hogar, y como familia alabarlo, agradecerle, suplicarle. Y tal como dijo el mismo Jesús, seremos como su madre y hermanos si nos esforzamos en escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica.

P. Alvaro Lapetra, sm Párroco

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