También en Pentecostés queremos que, como personas y como Iglesia, el Espíritu Santo nos regale sus dones y nos llene de sus frutos. Y convencidos como Pablo que “todo lo podemos con Aquel que nos conforta” sepamos anunciar, sin discriminar a nadie, que Jesús nos llama a seguirle a pesar de nuestras miserias y pecados.

Este mes celebramos a nuestro patrono, San Juan Bautista. De él, al nacer, ya lo dijo su padre Zacarías: “Irás delante del Señor a preparar sus caminos, para hacer saber a su pueblo que Dios les perdona sus pecados y les da la salvación” (Lc 1, 76). Más tarde, cuando ya era grande le preguntan a Juan cómo debe preparar cada uno el camino a Dios. Su respuesta es clara y contundente: “El que tenga dos trajes, dele uno al que no tiene ninguno; y el que tenga comida compártala con el que no la tiene... No cobren más de lo que deben cobrar…No le quiten nada a nadie, ni con amenazas ni acusándolo de algo que no haya hecho…” (cf. Lc 3, 10-14) Nos lo deja claro. La mejor manera de preparar el camino del Señor no es esperar que cambien los demás sino comenzar personalmente a trabajar por una sociedad más solidaria y fraterna, menos injusta y violenta. Para ello es bueno preguntarnos cada uno, qué y cómo lo estoy haciendo.

P. Alvaro Lapetra, sm Párroco

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