Ceremonia realizada en el Auditorio del colegio, el lunes 15 de abril y que contó con la presencia de los hermanos marianistas, integrantes de la Fundación Chaminade, personal del Imlp y el Alcalde de la comuna.
Hagamos historia…Cuando los marianistas llegan a Chile en 1949, es presidente de la nación don Gabriel González Videla. En esta época van desarrollándose y tomando fuerza en el país las organizaciones gremiales y el movimiento sindical, los que entran a formar parte activa dentro del esquema político de la nación. Durante la década entre 1940 -1950 la Iglesia de Chile vive una época que podríamos llamar de afinamiento de su identidad y de afianzamiento en su verdadero rol dentro de la sociedad chilena. A mediados del siglo XX la vida religiosa de la comuna estaba centrada en tres parroquias muy distantes entre sí: San Miguel Arcángel, Santo Cura de Ars y Don Bosco. Superadas algunas dificultades de última hora con la asignación de espacios para recibir a una nueva comunidad el día 3 de febrero de 1949 llegaba a Santiago don Pedro Martínez Saralegui. El 19 del mismo mes se le unían don Marcelino Juez y don Bernardo Guevara. El 12 de marzo de 1949 llega don Claudio Ortiz de Landaluce y al día siguiente don Clemente García, don Dionisio Iruarrízaga y don Feliciano Velasco. El 18 de marzo llega don Benigno Pérez Superior de la comunidad y director del colegio y finalmente el 30 lo hace don Cipriano Fernández de Retana y así queda constituida la primera comunidad marianista de Chile.
Desde entonces la tarea de los religiosos marianistas en Chile se ha desarrollado, en su mayor parte, en centros de educación trabajando por la formación en la fe e inspirados por nuestro Fundador el Padre Chaminade que tenía la certeza de que la educación era el mejor camino para conseguirlo. Decía:”Bajo el título de educación se comprenden todos los medios por los cuales se puede sembrar, cultivar, fortalecer y hacer fecundo el espíritu cristiano en las almas”.
El carisma marianista ha sido y es un don de Dios a la Iglesia, agradecemos que el Señor haya realizado su obra salvadora a través de los religiosos y de tantos que han colaborado con ellos.
El mundo de hoy nos propone nuevos desafíos a laicos y religiosos…
Hoy es tiempo de implantar la fe, de reanimarla donde está débil empleando los medios más adecuados según los tiempos y lugares como dice Guillermo José Chaminade. Nos toca ahora en estos tiempos difíciles seguir caminando, buscando en el viejo tesoro del Evangelio, semillas nuevas que sean fecundas. Es tiempo de vino nuevo y de odres nuevos firmes en los elementos esenciales del carisma marianista que nos llaman a :
-Vivir profundamente la fe.
-Tener una vocación evangelizadora y misionera.
- Percibir el papel de María en el plan de Dios. Y desear vivir muy unidos a ella.
-Tener un entrañable sentido comunitario llamado espíritu de familia.
- Adaptarnos a lugares, grupos y necesidades que nos hace ser abiertos en nuestro trato.
- Entregar un verdadero testimonio de vida.
Todo esto con la certeza de desempeñar un servicio genuino y original para todos en especial al interior de nuestros colegios.
El Instituto Miguel León Prado que recibió a los primeros marianistas quiere en este día rendirles un homenaje a los que hoy están con nosotros en este 2019.Hoy queremos agradecer de corazón a este grupo de hombres hoy se ponen generosamente al servicio de la educación en Chile. Agradecemos al Dios por su vida, su vocación y fidelidad, por la valentía de algunos de ellos que dejaron sus familias, sus amigos, su patria. Sus enseñanzas han sido para muchos de nosotros fundamentales en la educación de nuestros hijos e hijas, nos han enseñado acerca de lo que es el servicio generoso, de la sencillez y de la humildad. Gracias por su testimonio de vida, por su espíritu misionero, pero por sobre todo por cultivar en nuestros corazones el amor a María y a nuestro Señor Jesucristo.
Gracias a todos los religiosos marianistas de Chile que el Señor los bendiga.