FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN
23 de Abril de 2011

"La vida va por delante"


Muy buena y santa semana de resurrección; días para escuchar y para ver, para discernir cómo escuchar y cómo y qué ver, desde el misterio de la muerte y la vida de Jesucristo en el misterio de nuestras vidas y de toda esta nuestra historia.

Hace unos días me agobiaba la situación de Iglesia y de sociedad que estábamos viviendo en Chile. Quería que la pascua llegara pronto. Aún resuenan en mí los testimonios de los abusos sexuales abriéndose paso entre sentimientos de alegría - por fin se hace luz- e indignación. Así una vez más aprendí a escuchar y a ver a Dios donde la vida clama, a seguir al Dios de la vida donde esta reclama vida y vida en abundancia; allí pude saborear el caminar de laicos y consagrados juntos que nos permite ahondar las cosas que nos pasan para que no nos pasen cosas sin que las podamos asumir y así redimir.

Desde esta situación me animo a entrar en esta semana santa porque «cuando todavía está oscuro» (Jn 20, 1) nos podemos adentrar a buscar entre escombros e ignominias una luz de vida y de esperanza. Sí, los signos de estos días nos invitan a celebrar, aun cuando mucha realidad sigue siendo amenazante y amenazadora; aun cuando los sueños de vida en dignidad sigan pareciendo terrible irrealidad; aun cuando la oscuridad y la ambigüedad de la historia no nos dejen «todavía comprender las Escrituras» (Jn 20, 8) en su real alcance de promesa realizada y siempre por realizar.

Nuestra vida y ministerio, nos enfrentan a diario con la honorable posibilidad de darnos a la vida en fe y así poder decir, con humildad y audacia a la vez: «¡Ha resucitado de entre los muertos!» y saber que la Vida nueva «va por delante» abriéndonos camino desde lo que parecía no contar, no dar nada bueno (Cf. Jn 7,41), sí, «allí lo veremos» (Mt 28, 7).

Entonces, dejémonos penetrar por el misterio de nuestras vidas personales, familiares, comunitarias y sociales para dejar emerger lo que nos duele, los que nos hiere y esclaviza y allí animémonos a ver que siempre hay otra posibilidad de realizar esta nuestra historia de manera altamente diferente; que donde pensábamos que nada podría dar lugar a nada bueno, allí justo allí, sí veremos la gran novedad, esa de poder hacer con la fuerza inefable del Dios de la vida nuevas todas las cosas, desde las simples y sencillas de cada día hasta las más complejas y enmarañadas.


¡Feliz vida en camino pascual!
En abrazo de banquete sentido, festivo
y también dolido,
con los hermanos y hermanas que han sufrido
y sufren en Chile
y de todos los rincones de este nuestro mundo
que parecen que no cuentan
y que nada bueno de allí se ha de esperar
para seguir celebrando la promesa
de dignidad y libertad
paz y alegría, los verdaderos dones pascuales.

Un gran abrazo, cariños pascuales

José María Arnaiz, SM

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