Durante la mayor parte de este tiempo, en lo que llamamos Mes de María, se nos invita a acudir especialmente a nuestra Madre y Modelo para que Ella nos acerque cada vez más a su Hijo Jesús. Recordar su fidelidad y disponibilidad nos hará bien a todos. Y convencidos como ella que “para Dios todo es posible” (Lc 1, 37) acojamos con confianza lo que el Señor nos depare en estos momentos convulsionados y penosos por los que atraviesa nuestra Iglesia chilena. Al mismo tiempo, con generosidad y alegría sintamos dirigidas a cada uno sus palabras de Madre a los anónimos y sencillos mozos de las bodas de Caná: “Hagan lo que Él les diga” (Jn 2, 5).
Se acaba de celebrar el Sínodo Universal de los Jóvenes. Ellos están siendo llamados a renovar en el Espíritu a nuestras comunidades. Ayudarles a acercarse y entusiasmarse con Jesús es tarea de todos.
Acompañemos con nuestra oración y cariño a los niños que harán su Primera Comunión y a los que se confirmarán al comienzo del próximo mes.
Que la Paz de Cristo y el amor de su Madre colme los corazones de todos nosotros.
P. Alvaro Lapetra, sm Párroco
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