El concurso impulsaba a enfocar la cámara a algo que le hubiese llamado la atención a Madre Adela, ponerle título y escribe una reseña que relacionara la imagen con la vida y el espíritu de nuestra Fundadora.
Uno de nuestros estudiantes ganó el segundo lugar en la categoría Juvenil. Se trata de Joaquín Cerna, de 3° medio del Colegio Santa María de la Cordillera, quien nos contó sobre sus impresiones al conocer que había obtenido este premio:
“Desde pequeño siempre tuve la habilidad de ver el mundo con otros ojos, la cual junto a mi imaginación y creatividad me hacían destacar en lo que me gustaba. Durante un tiempo quise experimentar, es por eso que decidí adentrarme en la fotografía, para así poder plasmar en humildes imágenes lo que sentía.
Recuerdo que cada día me empeñaba en aprender algo nuevo, todo esto de forma autodidacta. Quién diría que en algún momento ese esfuerzo se transformaría en un 2° lugar mundial.
La idea del concurso fue algo que me motivó bastante, por fin podría demostrar un poco de mí a muchas personas, sabía que era una gran oportunidad para mí y que había que aprovecharla.
Un día como cualquiera, conversando con mi abuela, curiosamente llegamos al tema de las pensiones recibidas por la tercera edad, algo que actualmente en nuestro país es un tema bastante controvertido. Todos sabemos que este apoyo económico no da abasto para vivir, es que, además de requerir recursos básicos, muchas veces necesitan costear caros tratamientos, lo cual tiene por consecuencia un gasto tremendo de dinero. Es por eso que en las imágenes podemos observar un poco de dinero insignificante, con un medicamente más grande, el cual destaca sobre el dinero.
Concluyendo mis palabras quiero dar las gracias por esta oportunidad de mostrar mi trabajo, el cual muchas veces pasa desapercibido.
Por último recalcar que con esfuerzo y dedicación se puede lograr todo lo que te propongas”.
Lo siguiente es el texto que acompañaba a la foto:
“La vida con otros ojos: Adela nos invita a vivir cada dificultad de otra manera, con otra cara. Todo esto recordando la presencia de Dios en nuestras vidas, para así ser felices. Adela sobre todo se fijaría en los abuelos más necesitados, quienes, a pesar de vivir con lo justo, sonríen a la vida dejando intacto el legado de Adela. ¡Ánimo! Que no veamos nunca tu cara con las arrugas de la tristeza”.