Hoy me quedo con los mejores recuerdos, los de una maestra muy expresiva, que hablaba fuerte imponiendo respeto y presencia, conocedora de sus estudiantes y sus familias. Humilde y generosa, simple y distinguida. Una mujer auténtica, que siempre iba de frente y con sinceridad por la vida. Además de destacar por ser una profesora jefe con una entrega excepcional hacia su curso, muy comprometida con nuestras causas y tremendamente apañadora y compañera.
En su despedida, por supuesto, no puedo pasar por alto el recuerdo de la pasión que ella tenía por viajar. Era conocido que las vacaciones de la señorita Nelly eran viajes soñados en algún lugar del mundo. Ahora, en el momento de su partida, estoy segura que Dios la recibió en ese lugar que le faltaba por conocer: El Cielo.
¡Gracias miss Nelly y hasta siempre!
Romina Dossetti Ubeda
Generación 1997