En la localidad de Malloco y con la motivación de los sacerdotes marianistas Padre Carlos Julio Barragán SM y del Padre José María Arnaiz junto a los educadores Gustavo Magdalena, Representante Legal del Colegio Marianista de Buenos Aires y don Jorge Figueroa, director ejecutivo de la Fundación Chaminade, todos los trabajadores del colegio tuvieron la oportunidad de reflexionar y dialogar en un profundo clima de trabajo colaborativo.
¿Cómo educar en un mundo frenético e hiperexigente? ¿Cómo conseguir que un niño y una niña, y luego un adolescente, actúe con ilusión, sea capaz de estar quieto observando con calma lo que le rodea, piense antes de actuar y esté motivado para aprender sin miedo al esfuerzo?
Los niños y las niñas de los últimos veinte años viven en un entorno cada vez más frenético y exigente, que por un lado ha hecho la tarea de educar más compleja, y por otro, los ha alejado de lo esencial.
Vemos necesario que para su futuro desarrollo en la vida hay que prepararlos para un sinfín de actividades que, poco a poco, les puedan estar apartando del ocio de siempre, del juego libre, de la naturaleza, del silencio, de la belleza. Su vida se ha convertido en una verdadera carrera para quemar etapas, lo que les aleja cada vez más de su propia naturaleza, de su inocencia, de sus ritmos, de su sentido del misterio. Muchos niños y niñas y jóvenes se están perdiendo lo mejor de la vida: descubrir el mundo, adentrarse en la realidad. Un ruido ensordecedor acalla sus preguntas, las estridentes pantallas interrumpen el aprendizaje lento de todo lo maravilloso que hay que descubrir por primera vez. Hoy pensamos, sentimos y anhelemos un mundo mejor para ellos y ellas.