En nuestro Colegio Parroquial esta celebración se hizo presente de manera significativa tanto en la comunidad de profesores, como en grupos de confirmación, movimiento Faustino y en actividades de aula, donde se realizó una reflexión acerca de lo que significa para nosotros esa presencia viva de Dios en el día a día.
Con alegría y llenos del Espíritu Santo, nuestros jóvenes fueron enviados a anunciar el gozo de sentirse llamados por Dios dentro de un colegio marianista, junto con el llamado que les hace el Papa de ser piedras vivas, protagonizando el anuncio del evangelio, que se hace vida en el encuentro con el otro en nuestra comunidad escolar, entre sus amigos y en familia.