Muchos, por no decir todos los establecimientos educacionales del país, preparan fiestas, celebraciones, convivencias para sus alumnos y alumnas. Es un buen día para manifestar cariño y preocupación para cada estudiante.
Sin embargo, como sociedad estamos al debe porque no hemos sabido abrir espacios de inclusión que favorezcan la permanencia de los estudiantes en el sistema escolar. Cada día se producen en Chile retiros de alumnos y alumnas de los establecimientos educacionales, quedando la responsabilidad en el alumno que no logró adaptarse al sistema, y a ellos les conocemos como desertores escolares. Yo preferiría hablar de desertados escolares, porque la responsabilidad es del sistema escolar y no del alumno. Necesitamos colegios más inclusivos en todos los niveles, sobre todo en los colegios confesionales.
En Chile, según el segundo Informe Observatorio de Niñez y Adolescencia, Infancia Cuenta 2014, siete de cada 100 niños dejan la enseñanza básica y 11 de cada 100 adolescentes abandonan la educación media. Las cifras adquieren mayor gravedad en estratos de menores ingresos.
Frente a esta realidad, tengo la esperanza de que en el futuro el día del alumno y alumna pueda ser celebrado por todos los niños y adolescentes. Para ello necesitamos garantizar el derecho a la educación de los más vulnerables. Sueño en el día en que cada “Escuela” se constituya en un lugar acogedor y protector de todos los niños de nuestro país, sin exclusiones.
Dante Galgani
Director Casa Estudio Chaminade