Para que tenga un verdadero sentido este deseo que nos expresamos mutuamente tiene que ir acompañado por la firme decisión de trabajar para que llegue a ser realidad. Para ello es importante soñar y esperar un año 2017 en el que se note el fruto de ls Miericordia sembrado en el 2016.
Soñar en un 2017 donde desaparezcan las guerras en el mundo, donde todos los niños tengan el pan que los alimente y cuenten con el cariño de sus padres y la protección de la sociedad. Un año en el que la vida de todos sea más digna. En el que nos apreciemos y respetemos unos a otros. En el que las cárceles se vayan vaciando. En el que los adultos mayores sientan que se les quiere, agradece y cuida. En el que la salud y la justicia lleguen pronto y bien a todos. En el que sepamos entre todos buscar con paz y concordia a quien mejor pueda dirigir el país. En el que los emigrantes se sientan acogidos y apreciados. En el que sepamos agradecer de ellos su presencia, sus valores, su cultura y su trabajo,
Por último, un año en el que nos dejemos formar y acompañar por María para acercarnos a Jesús su Hijo y vivir como hermanos e hijos del Padre bueno.
P. Alvaro Lapetra, sm Párroco
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