Prepararnos a la Navidad y celebrarla adecuadamente implica:
+ unirnos a los sentimientos de esperanza gozosa que tuvo María durante su embarazo;
+ estar, como ella lo estuvo con su prima Isabel, atentos a las necesidades de los que nos rodean;
+ saber que Jesús nace humildemente y que hay que esperarlo en la sencillez y el desprendimiento del pesebre de Belén;
+ abrirse, como lo hicieron los pastores, a la invitación de reconocer en la fragilidad del niño recién nacido al Hijo de Dios;
+ saber contemplar en el rostro del Niño Dios el rostro de todos los marginados y vulnerables que viven entre nosotros;
+ esforzarse por hacer de nuestro propio hogar un espacio donde nazca realmente de nuevo Jesús. Espacio cálido de amor, comprensión mutua, cariño, diálogo, perdón, solidaridad, servicio.
Procuremos en esta Navidad cuando nos deseemos unos a otros felicidad fomentar estas actitudes convencidos de que es el mejor regalo que podemos hacernos mutuamente.
Que la celebración del nacimiento de Jesús llene nuestros corazones de su amor y paz.
¡¡ FELIZ NAVIDAD ¡¡
P. Alvaro Lapetra, sm Párroco
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