Queremos tener presente en nuestros proyectos universitarios al Señor y sobre todo a los hermanos que viven la carencia material. Que en la vocación estudiantil y sobre todo de vida, nunca falte la ayuda a los pobres de este mundo. Jesús fue solidario hasta dar su vida, nosotros queremos dar también parte de nosotros para compartir con los hermanos necesitados.
La fiesta se inauguró en la Residencia Universitaria María Inmaculada, donde pudimos compartir la alegría del Espíritu. Compartimos dos testimonios de jóvenes de ambas residencias que actualmente prestan servicios voluntarios, enmarcamos estos testimonios en la parábola del buen samaritano. Luego compartimos con Jesús en un momento de adoración al Santísimo para luego salir a la calle y compartir con la gente que vive el abandono de tener que dormir bajo cartones y plásticos. Compartimos café, pan y una buena conversación. Luego celebramos la Eucaristía en la Capilla San Vicente de Paul de la Alameda. Para luego terminar nuestro encuentro en un compartir fraterno de la Residencia María Inmaculada.
Si Jesús ha resucitado, es para que nosotros seamos resurrección para el mundo.
Hno. Carlos Espinoza, SM