ENCUENTRO FUNDACIÓN CHAMINADE E INSTITUTO CULTURAL MARIANISTA
31 de Mayo de 2010


En la sede del Colegio Marianista de Buenos Aires se llevó a cabo el tercer encuentro de los responsables de la Fundación Chaminade y del Instituto Cultural Marianista. Los objetivos del encuentro fueron los siguientes:

  • Descubrir los desafíos que el Bicentenario plantea a la educación marianista en Argentina y Chile
  • Analizar la formación ciudadana y la educación para el servicio que brindamos en nuestros centros educativos
  • Avanzar en formas concretas de apoyo mutuo e intercambio entre nuestras dos entidades
  • Compartir nuestra vida y aprender unos de otros

Por la Fundación Chaminade participaron: el P. José M. Arnáiz, sm; las señoras Liliana Bravo, Inés Morales, Ma.Eliana Rebolledo, Alicia Navarrete; los señores Jesús Gómez, sm, José Pascual, sm, Ricardo Cáceres, Jorge Figueroa, Rodrigo Urrutia.


Por el ICM participaron el padre Luis Casalá, sm y el padre Andrés Tocalini, sm; las señoras María Angélica Belloni, Luisa de Leonardis y Marta Mollier; los señores Arturo Pérez, sm, Marcos Romero, Gustavo Sanmarti, Gustavo Magdalena. En la última jornada nos acompañó el señor Enrique Martín.

El encuentro comenzó con una memoria de la vida de las dos entidades en el último año. El señor Jorge Figueroa presentó los grandes temas de la Fundación Chaminade entre mayo de 2009 y abril de 2010, entre ellos:

  • La ley de subvención escolar preferencial
  • El proyecto de ampliación de la oferta preescolar en el Instituto Miguel León Prado
  • Las negociaciones colectivas en dos colegios de la Fundación
  • El diagnóstico de Competencias para el Desarrollo Docente, encargado a la Fundación Chile
  • El impacto del terremoto del 27 de febrero en la vida de los colegios y comunidades.

A continuación, el padre Andrés Tocalini, sm, como socio del ICM presentó lo realizado por el Equipo de Animación en 2009 y lo proyectado para 2010, siendo éste un año de evaluación de la tarea de dicho equipo.
Tras este pantallazo por la vida de las entidades, el programa de trabajo del encuentro se estructuró en base a dos grandes ejes:


1º) El Bicentenario y la formación de competencias ciudadanas
2º) El aprendizaje servicio y la educación para el servicio, la justicia y la paz.

Los Bicentenarios de la independencia nos enfrentan con los temas pendientes para nuestras sociedades: la desigualdad, la pobreza, las voces no escuchadas... El anclaje democrático que asumimos para este siglo nos obliga a revisar cómo se procesan y resuelven los conflictos, cómo se acepta y valora la diversidad y la pluralidad de nuestras sociedades. El individualismo no puede hacernos olvidar que la Nación es una tarea y que debemos conformar una mesa para todos los ciudadanos, todo lo cual nos lleva a reflexionar sobre la dimensión colectiva, lo público, la categoría de "pueblo". El licenciado Darío Pulfer, director de la oficina Buenos Aires de la Organización de Educación Iberoamericana (OEI) nos ayudó a discernir el Bicentenario desde una re-lectura de la Historia, en clave democrática y de integración latinoamericana, al tiempo que nos presentaba a la educación como una herramienta imprescindible para el desarrollo de nuestros pueblos. En este marco, el objetivo de las Metas 2021 puede ser orientador. El Bicentenario no es una fecha conmemorativa y nada más, sino un proceso de reflexión, identificación y compromiso con nuestras Patrias.

Un camino posible y enriquecedor para fortalecer los aprendizajes y generar ese compromiso es el Aprendizaje Servicio. La profesora María Nieves Tapia, directora del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS) describió los ejes conceptuales en los que se asienta dicho enfoque. Supone una forma de organización basada en proyectos e integración de áreas; una lectura profunda de la realidad y desde las necesidades organizar el servicio; donde los pobres no son destinatarios, sino "co-protagonistas". Cuando lo social se encara en profundidad desemboca en el compromiso y en la participación política. Desde una perspectiva marianista, la acción y el servicio deben tener una impronta espiritual (la Encarnación, el mandamiento del Amor, ver a Cristo en cada uno de los hermanos) y el Aprendizaje Servicio puede ayudarnos a vincular más estrechamente dichas acciones con los procesos de aprendizaje en las aulas, favoreciendo auténticamente una educación integral de calidad.


Con este telón de fondo (el Bicentenario) y esta perspectiva pedagógica (Aprendizaje Servicio) abordamos una serie de problemáticas importantes, donde se juega buena parte de nuestra misión educativa:

  • El trabajo con la diversidad, que tiene que pasar de ser un "tema" para convertirse en una "problemática a trabajar", lo cual supone una revisión de nuestras prácticas, criterios organizativos, contradicciones. Integrar las diferencias, ser transparentes en lo que podemos y queremos asumir, dar respuesta a las consecuencias de la pluralidad en nuestras instituciones. ¿Cómo enlazar la realidad diversa con un proyecto educativo claro e identificador?
  • Las culturas juveniles, que nos muestran formas, lenguajes, símbolos alejados de la cultura escolar tradicional. Suponen un desafío didáctico (hay nuevos modos de aprender) y un compromiso para acercarnos a ellas, generar encuentro con los jóvenes y escucharlos "en serio", proponer gestos nuevos y audaces.
  • La educación en valores y la nueva evangelización, en medio de una cultura donde prevalece el relativismo, nos lleva a la necesidad de revisar los valores que consideramos prioritarios y la forma en que los presentamos y leemos la realidad a través de ellos. La necesidad de prácticas de discernimiento y de coherencia institucional, pues actualmente la educación en valores se visualiza en las decisiones que se toman frente a los dilemas éticos cotidianos. En un escalón más profundo, observamos la necesidad de un estilo evangelizador donde predominen la compasión y la paciencia, y donde se actúe más por convicciones que por dogmas.
  • El riesgo de convertirnos en colegios elitistas, para lo cual es necesario poner el foco en el desarrollo de competencias ciudadanas, a fin que nuestros alumnos se conviertan en agentes transformadores de la sociedad, en procura de más igualdad y oportunidades para todos.

En definitiva, nuestros colegios deben tener en claro que quieren formar personas que configuren un futuro mejor para nuestros países. Debemos centrarnos en estos objetivos, porque son los importantes, los decisivos, aunque a veces lo urgente nos los hace relegar. Generar un ambiente de compasión, donde la diversidad se asuma como riqueza y los aprendizajes resulten significativos. Que sepamos trabajar en red y nos orientemos por verbos tan centrales como "creer", "crecer", "compartir".


La evaluación del encuentro resultó muy positiva y se recordaron próximas instancias de encuentro en 2010 para educadores marianistas argentinos y chilenos: la reunión de directivos marianistas de Chile (Pejerrey, agosto); el Congreso Pedagógico Marianista (Buenos Aires, septiembre); el Congreso de Educación Marianista (Santiago, octubre).

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